lunes, 12 de octubre de 2009

"Metodo y Metodologia, Latentes y en Acción"


En los siguientes escritos que conformaran este artículo se plantearan los siguientes puntos, las herramientas, etapas, investigación y acción de nuestro que hacer como Trabajadores Sociales en la sociedad. Y darle énfasis a la importancia que tienen el método y metodología en nuestras acciones en la realidad que hoy, hay que enfrentar.

En primer lugar, para entender qué es el método, nos remontaremos hacia sus raíces griegas; en donde meta significa hacia y odos significa camino. Por lo tanto el método es una “camino hacia”, o desde un uso significativo el “orden que debe seguirse”.

Método y metodología gran plato que aun se sirven en nuestras mesas. Un método es una guía un indicador de caminos un modo de aproximación, pero ningún método es un camino cierto para llegar a un objetivo. Ya que existen muchas variedades de métodos producto de la incertidumbre y cambios permanentes que nuestro mundo y sociedad viven.

El método no es un fin en si mismo sino un instrumento de que se dispone para conseguir un fin, sea este el conocimiento o la organización de las actividades. La noción de método cubre varios significados desde lo más general en que se habla de método cualitativo, cuantitativo, comparativo, funcional, estructural etc. A través de la historia del Trabajo Social, nos hemos encontrado con diversos tipos de métodos; el de caso, comunitario y el de grupo. Todos estos han sido útiles en el sentido de que la ejecución de dichos métodos se han adaptado a las condiciones históricas a las cuales han pertenecido.

En primer lugar distinguimos el estudio de la situación en donde se hacen análisis acerca de lo observado. El segundo momento señala el diagnóstico Social encargado de la descripción, clasificación, categorización y análisis de lo expuesto, en donde se construyen hipótesis o supuestos sobre la situación que se abordará. En tercer lugar se encuentra la Planificación de la Acción, cumpliendo principalmente el rol de diseñar planes de intervención, en donde se requieren repuestas profesionales. En cuarto lugar tenemos la ejecución o implementación que se encarga de seleccionar y priorizar planes que contribuyan a la puesta en marcha de la acción de acuerdo a fines específicos. En quinto lugar se encuentra la Evaluación y control en donde se realiza una valoración crítica de lo realizado, su objetivo es reflexionar y constatar los progresos y dificultades obtenidos para la realización de los objetivos últimos. Y en sexto lugar tenemos la Sistematización, encargada de reflexionar, analizar e interpretar sobre la buena ejecución de nuestro método.

No hay método sin objetivo, en el Trabajo Social hay que poner demasiada atención intelectual ya que hay un conjunto de operaciones que no hay método sin el enfoque teórico.

El Trabajador Social debe comprender que como profesional puede intervenir la realidad de manera integra complementando estos métodos, ya que por ejemplo el método comunitario, al igual que otros métodos (como el método único) algunas veces tiende a perder el factor individual y subjetivo de las problemáticas de las personas, y su influencia (como individuos particulares) en la realidad social global. Se pierden las subjetividades propias de las personas tendiendo a masificar la realidad, desconociendo la fuerza que tienen los sujetos individuales en la vida colectiva.

En cuanto a la Metodología del Trabajo Social, la cual se basa en regular y ordenar la actividad científica proponiendo orientaciones y procedimientos en las acciones según matrices teóricas, en donde la dinámica que surge en la relación reflexión/acción finalmente orienta la acción del profesional, gracias a la teoría que se tiene del objeto formal y de su re-conocimiento como parte de la ética de la profesión misma, eso sí, teniendo presente que la metodología no puede quedarse estancada en formas de conocer obsoletas y restrictivas hacia el objeto que hoy se nos cuestiona como la exigencia que lo social nos propone para así avanzar en esta disciplina. Para complementar de forma más acertada esta idea, quisiera citar a la autora Véliz Restrepo quien expresa certeramente lo que intento exponer en relación a los desafíos de la Metodología hoy en día.

La marcada connotación positivista presente en el término “intervención” con que se define todo lo referente a la Metodología del Trabajo Social (…) está fundamentada en un imaginario ideológico que subordina la práctica profesional a visiones externalistas de manipulación, control o cosificación de las personas y situaciones”. (Restrepo; 2003: 54)

Por no saber distinguir entre método y metodología; por desconocer o pretender no saber las implicancias que tiene en nuestro quehacer profesional el ser de una postura epistemológica en especial, o de una concepción filosófica que identifique nuestra interioridad y subjetividad, trae consigo confusiones conceptuales, posición autoritaria frente a la realidad social, y desvinculo del trabajador social en su rol como actor participante de lo social… “Por no comprender, muchas veces, los vínculos que conectan el hacer con el ser, las metodologías de actuación profesional se asumen de manera aislada y autónoma desconociendo todo el peso del contexto social y cognitivo que la precede. Reestablecer el ámbito epistemológico de la reflexión metodológica es dotar de sentido el accionar profesional”. (Restrepo; 2003:57)

Con todo esto, el re-conocernos que se debe dar entre nosotros, identificándonos como sujetos-actores del accionar societal que se da en la interacción entre el trabajador social y los sujetos participantes de dicha relación se vuelve fundamental para entender la diferencia, y a la vez semejanza, entre el ser sujeto y el ser actor. Para esto, “el plan de acción del profesional en la intervención social puede expresarse como: : que las personas capten su potencial de acción colectiva, y : que las acciones sociales sean comprendidas y asumidas por sus agentes, que comprendan cómo están contribuyendo a construir sus propias vidas” (Zúñiga; 1996:19)

Y para cerrar el método no es un fin en si mismo, es decir, no se debe olvidar cuál es el objetivo por el cual se trabaja, o cuál es el objeto de la intervención profesional, en síntesis cuál es el fin por el cual se trabaja con dicho método. Es por esto que se debe tener claro cual es el fin profesional, y saber cuales son los métodos ha utilizar. La forma de ver la realidad y el método que se utilizarán para abordar el objeto dependen de nuestra postura paradigmática. Todo método se construye sobre una forma particular de ver la realidad, y desde ahí, desde nuestro fin y nuestra forma de ver la realidad debemos comenzar a construir el Método Profesional.

Al interiorizarnos más sobre nuestra carrera y pasión que es, ser Trabajador Social, al buscar, conocer y aprender, todos los pasos de nuestra profesión, fue lo más gratificante para mi. Me doy cuenta que es un desafío como trabajador social el aplicar las distintas metodologías y modelos que existen para lograr una intervención enfocada a la equidad a las distintas realidades que hay en los más desprotegidos.





Bibliografía

-Zúñiga R. “El trabajador social como actor y sujeto”, Artículo en Revista Perspectivas, diciembre 1996, Universidad Católica Raúl Silva Henríquez.

-Vélez Restrepo O. “Reconfigurando el Trabajo Social: Perspectivas y tendencias contemporáneas”. Editorial Espacio, Buenos Aires, 2003. Capítulo 2. “La cuestión metodológica: convergencias operativas o especificidad funcional”.